Todo se mueve...
Para nosotros ese movimiento es en gran parte inconsciente.
Cuando nos quedamos quietos en una postura tradicional o
ASANA, no experimentamos la inmovilidad, sino la cantidad de
movimiento que tiene nuestro cuerpo cuando ¡NO HACEMOS
NADA!
El cuerpo respira, late, transpira , pulsiona, vibra , se balancea,
todo menos quedarse quieto.
Solo que ahora no hacemos nada ¡voluntariamente!, solo
OBSERVAMOS.
La mente tampoco para, se mueve, aunque en este momento
no estamos dirigiendo la atención a ningún “hacer” concreto, no
estamos persiguiendo ningún logro.
Sin embargo para la mente “hacer” es tener alguna intención,
darle algún motivo o sentido de logro.
La Asana mental implica no buscar nada, no querer conseguir nada.
¡Celebrar el momento!
Hasta el concepto de “darnos cuenta”, puede ser un logro y un
“hacer” para la mente, por eso deliberadamente digo “celebrar”,
disfrutar, ser el momento.
En un Asana el cuerpo no se esta quieto, no para, tampoco la mente se esta quieta, o para, solo abrimos una brecha entre el inconsciente y el consciente.
De repente rompemos la dinámica del hacer, del lograr o del conseguir y simplemente somos conscientes de lo que hay.
No buscamos relajarnos, ni ser flexibles, ni despertar chakras,
ni estar sanos, solo abrimos una brecha...
Paramos la inercia del “hacer en busca de...”
Asana es una salto cuántico.
No es una postura corporal, no es estreching, no es ejercicio,
no es algo místico,
¡NO ES UN “PARA ALGO”!
Es el encuentro directo con lo que somos, lo que siempre
hemos sido y lo que seremos.
Asana es otra forma de llamar a la Eternidad.
Verónica Atala.
Para nosotros ese movimiento es en gran parte inconsciente.
Cuando nos quedamos quietos en una postura tradicional o
ASANA, no experimentamos la inmovilidad, sino la cantidad de
movimiento que tiene nuestro cuerpo cuando ¡NO HACEMOS
NADA!
El cuerpo respira, late, transpira , pulsiona, vibra , se balancea,
todo menos quedarse quieto.
Solo que ahora no hacemos nada ¡voluntariamente!, solo
OBSERVAMOS.
La mente tampoco para, se mueve, aunque en este momento
no estamos dirigiendo la atención a ningún “hacer” concreto, no
estamos persiguiendo ningún logro.
Sin embargo para la mente “hacer” es tener alguna intención,
darle algún motivo o sentido de logro.
La Asana mental implica no buscar nada, no querer conseguir nada.
¡Celebrar el momento!
Hasta el concepto de “darnos cuenta”, puede ser un logro y un
“hacer” para la mente, por eso deliberadamente digo “celebrar”,
disfrutar, ser el momento.
En un Asana el cuerpo no se esta quieto, no para, tampoco la mente se esta quieta, o para, solo abrimos una brecha entre el inconsciente y el consciente.
De repente rompemos la dinámica del hacer, del lograr o del conseguir y simplemente somos conscientes de lo que hay.
No buscamos relajarnos, ni ser flexibles, ni despertar chakras,
ni estar sanos, solo abrimos una brecha...
Paramos la inercia del “hacer en busca de...”
Asana es una salto cuántico.
No es una postura corporal, no es estreching, no es ejercicio,
no es algo místico,
¡NO ES UN “PARA ALGO”!
Es el encuentro directo con lo que somos, lo que siempre
hemos sido y lo que seremos.
Asana es otra forma de llamar a la Eternidad.
Verónica Atala.
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