Los meridianos: los órganos y las emociones
Conocidos a través de la acupuntura, los meridianos son una especie de corrientes energéticas que van a parar y a su vez salen de los órganos y vísceras. Gracias a esta conexión experimentamos una gran vitalidad cuando estamos contentos o sentimos que nos fallan las fuerzas cuando estamos tristes. Según la medicina china, las demás emociones también están asociadas a este tipo de movimientos, como la ira, que popularmente se expresa como un fuego que sube de las entrañas y que nos lleva a soltar bufidos hacia afuera, o el miedo, con el que algo parece esconderse en los riñones y con el que notamos un impulso en la parte posterior de las piernas como para echar a correr. La preocupación o la euforia excesivas también cuentan como tales. Cada emoción se vincula a un órgano o víscera. Y un órgano castigado o del que se ha abusado por alguna razón puede producir a la larga expresiones de las emociones exageradas, denotando falta de equilibrio psicofísico, caldo de cultivo que tal vez un día pudiera derivar en un trastorno serio. La acupuntura, el shiatsu (método de presión manual sobre los meridianos) o estos estiramientos ayudan a reequilibrar el conjunto.
Cómo realizar los estiramientos de los meridianos
Es muy importante la actitud con que se realizan. No se trata solamente de esforzarse por alargar un músculo concreto. Es mejor acercarse a ello desde el punto de vista de una forma de expresión corporal con el objetivo de relajarse y a través del acto de estirar liberarse de todo aquello que uno retiene adentro. El propósito de estos ejercicios no es tanto ganar elasticidad como exhalar simplemente en el momento del “esfuerzo” hasta quedar vacío de aire, y dejar ir este vacío.
Precauciones
Al principio es normal entusiarmarse al experimentar tan buenos efectos, pero hay que tener cuidado en no cometer excesos y agotarse, pues aunque parezcan ejercicios que no generan cansancio, se trabaja bastante a fondo. Conviene tomar un minuto de descanso entre ejercicio y ejercicio, no solo para minimizar el riesgo sino para asimilar mejor el efecto. No hay que forzar nunca por encima de las posibilidades reales de cada uno. Si se produce dolor, no será una experiencia agradable y no querremos repetirla. Recordemos que no se trata de poner a prueba nada, sino de sentirnos mejor y “abrir un espacio” para estar más cómodos con nosotros mismos.
Conocidos a través de la acupuntura, los meridianos son una especie de corrientes energéticas que van a parar y a su vez salen de los órganos y vísceras. Gracias a esta conexión experimentamos una gran vitalidad cuando estamos contentos o sentimos que nos fallan las fuerzas cuando estamos tristes. Según la medicina china, las demás emociones también están asociadas a este tipo de movimientos, como la ira, que popularmente se expresa como un fuego que sube de las entrañas y que nos lleva a soltar bufidos hacia afuera, o el miedo, con el que algo parece esconderse en los riñones y con el que notamos un impulso en la parte posterior de las piernas como para echar a correr. La preocupación o la euforia excesivas también cuentan como tales. Cada emoción se vincula a un órgano o víscera. Y un órgano castigado o del que se ha abusado por alguna razón puede producir a la larga expresiones de las emociones exageradas, denotando falta de equilibrio psicofísico, caldo de cultivo que tal vez un día pudiera derivar en un trastorno serio. La acupuntura, el shiatsu (método de presión manual sobre los meridianos) o estos estiramientos ayudan a reequilibrar el conjunto.
Cómo realizar los estiramientos de los meridianos
Es muy importante la actitud con que se realizan. No se trata solamente de esforzarse por alargar un músculo concreto. Es mejor acercarse a ello desde el punto de vista de una forma de expresión corporal con el objetivo de relajarse y a través del acto de estirar liberarse de todo aquello que uno retiene adentro. El propósito de estos ejercicios no es tanto ganar elasticidad como exhalar simplemente en el momento del “esfuerzo” hasta quedar vacío de aire, y dejar ir este vacío.
Precauciones
Al principio es normal entusiarmarse al experimentar tan buenos efectos, pero hay que tener cuidado en no cometer excesos y agotarse, pues aunque parezcan ejercicios que no generan cansancio, se trabaja bastante a fondo. Conviene tomar un minuto de descanso entre ejercicio y ejercicio, no solo para minimizar el riesgo sino para asimilar mejor el efecto. No hay que forzar nunca por encima de las posibilidades reales de cada uno. Si se produce dolor, no será una experiencia agradable y no querremos repetirla. Recordemos que no se trata de poner a prueba nada, sino de sentirnos mejor y “abrir un espacio” para estar más cómodos con nosotros mismos.
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